El revivir de los balcones: ¿vuelven para quedarse?
1 Sep 20A lo largo del siglo XX, la mayoría de los edificios que se levantaban en España incorporaban un balcón o una pequeña terraza. Una parte exterior en la que tomar el sol, disfrutar del aire libre o simplemente participar en la vida de las calles sin salir de casa.
Sin embargo, en los 80 y los 90 los balcones se convirtieron en una excepción. Los constructores no los contemplaban y la sociedad tampoco los demandaba: llegaron a considerarse un espacio perdido, que raramente se usaba. Hasta que llego la pandemia de la Covid-19.
En los últimos meses, la demanda de pisos con balcón y otros elementos exteriores ha aumentado significativamente. Y puede que esta tendencia, como tantas otras, haya llegado para quedarse.
¿Por qué dejaron de construirse balcones en España?
A principios del siglo pasado, las fachadas de los edificios solían incorporar un pequeño balcón. Esta tendencia continuó durante décadas, incluyendo las de los 60 y los 70, en las que se construyeron numerosos edificios en la mayoría de las ciudades. Sin embargo, a partir de los 80 comenzaron a cerrarse para ganar espacio. Y poco a poco fueron desapareciendo también de los planos de las nuevas construcciones.
Entre los motivos destaca, sobre todo, un nuevo estilo de vida. Las ciudades crecieron. Muchas familias preferían más espacio de almacenamiento que un elemento exterior. Las calles se habían llenado de coches, ruido y contaminación, y cada vez era menos frecuente pasar el rato en el balcón o la terraza charlando con la familia o los vecinos.
Durante años fue habitual ver cómo los balcones servían únicamente para tener plantas, tender la ropa o guardar algunos objetos que no cabían dentro de casas (desde bicicletas hasta bombonas de butano). Pasaron a ser algo más propio de los edificios más antiguos, que en muchas ciudades se encuentran en los centros históricos, que de las urbanizaciones y los bloques de viviendas de reciente construcción.
Nuevas necesidades
Con una perspectiva en la que cobra protagonismo el teletrabajo y ante la posibilidad de tener que encarar nuevos periodos de confinamiento durante los próximos meses (o incluso años), las necesidades han cambiado. Lo primero que suele echarse en falta en muchos pisos y bloques de edificios (además de más espacio) son balcones, terrazas o patios.
Durante el confinamiento recibimos muchas llamadas de personas a las que se notaba bastante agobiadas. Vivían en el centro de la ciudad y nos preguntaban por pisos con elementos exteriores”, explica Alan Hernández.
En total y según datos de Idealista, el 8% de los españoles no ve la calle desde su vivienda. En la ciudad de Madrid, el porcentaje alcanza el 20,3%. Es decir, una de cada cinco personas residentes en la capital pasó el confinamiento en viviendas interiores, con poca luz y sin vistas a la calle. A Madrid le siguen Bilbao (13,8%), Cádiz (12,7%) y Zaragoza (10,7%), mientras que en el extremo opuesto están Albacete y Cuenca (en donde solo el 1,3% y el 1,8% de las viviendas son interiores, respectivamente).
Como resultado, el interés por pisos bien iluminados, con balcón y otros elementos exteriores creció de forma significativa durante las últimas semanas. El portal Fotocasa detectó un incremento del 40% en las búsquedas de viviendas con el filtro balcón/terraza y jardín desde que comenzó el confinamiento, el 18 de marzo, hasta principios de abril.
“Se nota que las necesidades y las prioridades han cambiado. En Encuentro han llegado a caerse ventas porque los pisos no tenían balcones o terrazas”, señala el director general de la inmobiliaria.
Protagonistas frente a la Covid-19
Durante el confinamiento, las viviendas se convirtieron en hogares, lugares de ocio, gimnasios improvisados, espacios de trabajo y mucho más. Más de uno miró a su alrededor y vio su casa, que antes encajaba perfectamente con su estilo de vida, con otros ojos.
Al no poder salir a la calle, los balcones se convirtieron la única posibilidad de pasar un rato al aire libre para millones de personas. Se usaban para descansar, tomar el sol o leer, pero además se recuperaron viejos hábitos que parecían perdidos, como charlar con los vecinos. En ciudades en donde era habitual no conocer a la persona que vive al lado, volvieron a crearse amistades a través de los balcones.
*Fuente:HuellasbySareb,